martes, 26 de septiembre de 2023

Syphilic - A Composition Of Murder (2011)

 

Syphilic no es una banda que se mencione mucho en el mundo del underground a pesar de tener ya una extensa discografía. No es fácil destacarse dentro del sobresaturado mundo del Brutal Death Metal. O quizás su casi-anonimato se deba al hecho ser básicamente una one man band obra de su mastermind Brian Forge. Además todo su material hasta este momento había salido de forma independiente. Me vine a enterar de su existencia por la desaparecida página Pitchline Zine y me atrapó desde el primer momento. Ese Brutal Death rudo y a la vez desquiciado que presentó en su debut Erotishock Therapy no se parecía a nada que yo hubiera escuchado anteriormente. Con el EP Symphony Of Slit Throats consolidó su estilo y vino la consagración en el segundo LP Behind Bars, que de paso lo apuntaló como uno de los mejores guitarristas del género (al menos para mí). Así que Brian llegaba con la vara muy alta para este disco que sacó solo un año después.
El concepto del álbum (artwork y letras) está inspirado en la vida del asesino serial Carl Panzram. Cada canción está titulada con algunos de los seudónimos que usó para pasar desapercibido mientras cometía sus crímenes en diferentes ciudades de Estados Unidos.

Describir con precisión la música de Syphilic es en extremo difícil. No por un derroche de estilos diferentes, sino por su particular fórmula de componer canciones. Si estás familiarizado con discos anteriores sabes que su estilo está lleno de riffs rápidos y retorcidos, ritmos de baterías estrambóticos y voces guturales inhumanas. Las influencias de Syphilic son Insidious Decrepancy, Viral Load, Guttural Secrete, Necrotic Disgorgement y los Liturgy de Matti Way con una pizca de aura blackmetalera de bandas tipo Portal y Deathspell Omega. Aunque en este álbum también noto otras influencias clásicas como el Death de Leprosy en el tema Jeff Rhodes (0:33) y unos Cannibal Corpse más retorcidos en Jack Allen (4:28).

La placa comienza con una intro acústica que progresa en un built up medio thrashero muy ala The Call Of Ktulhu de Metallica (de la que Brian es superfan confeso) y termina explotando en el segundo track donde se desata la locura más desenfrenada. Los temas se suceden sin pausa y sin aviso, aunque uno a veces percibe cuando pasan por los súbitos cambios de ritmo. Pero de alguna forma hay un sentido de coherencia entre tanta locura. Existe un parentesco entre todas las canciones, parece una sinfonía dividida en doce movimientos… O más bien se asemeja a una familia endogámica de caníbales, jejeje. Hay riffs que te golpean sin advertencia y te dejan noqueado, como en…….. no, no voy a decir donde ni cuando para no arruinar la sorpresa. Sólo diré que uno de ellos es en la canción Jefferson Davis al minuto 0:23. Ya me dirán ustedes que partes les sorprendió más. Otro de los puntos fuertes del disco es la programación de la batería, que es otra marca registrada de Brian. Los golpes de bombo, tombs, caja y platillos son aún más desquiciados que los riffs si cabe y no hay tiempo para el descanso, ni siquiera en las partes groovies. Yo apruebo el uso de este recurso cuando es ejecutado de esta forma tan soberbia. No puedes hacer esto con un baterista de carne y hueso. Para tocar el bajo Brian se vuelve a reclutar a su tocayo de apellido Baxter de fama en Gorgasm y Necrotic Disgorgement. Aunque su aporte puede parecer insignificante porque su instrumento no está demasiado presente en la mezcla para mí el sólo hecho de seguir los trastornados riffs de Forgue ya es para aplaudir. Y tiene algún que otro momento destacado, por ejemplo en The River Pirate (2:54). En los créditos se mencionan algunos vocalistas invitados pero no dice en que temas y es difícil distinguirlos. De todas formas la estrella del show sigue siendo Brian con su gutural profundo, mezcla de orangután furioso y león hambriento. El álbum termina como empezó, con el mismo pasaje acústico y un fragmento de un show del comediante Lewis Black (que ya ha aparecido en discos anteriores) donde bromea sobre la necrofilia.

Lo dicho, son 37 minutos de tralla desmedida y sin fisuras para la mentes más enfermas. No sorprende que este tercer LP haya salido bajo el estelar sello Sevared Records. Y aunque mi favorito es Behind Bars, este A Composition Of Murder probablemente sea su mejor álbum objetivamente hablando.

Puntuación: 90/100


jueves, 21 de septiembre de 2023

Chris Brown - Indigo (2019)

Después del riesgoso Heartbreak On A Full Moon, Chris Brown se molestó muchísimo. Sintió que no estaba recibiendo el crédito que merecía por su talento musical. Pero es comprensible: cuando pones 45 canciones en un álbum, eso saca de paso a mucha gente y refuerza la idea de que estás haciendo la misma canción una y otra vez. Y la verdad no puedo culparlos por pensar eso en el caso específico de Heartbreak. Esta vez “sólo” son 30 temas en la versión regular más 3 bonus tracks que dan una duración de casi dos horas y diez más en la versión extendida que se prolonga hasta las…. 2 horas y 42 minutos… Ok, puede parecer demasiado pero CB es probablemente el único que puede hace esto sin que sea un desastre total, incluso si sólo 10 de las 43 son temazos, las otras 33 son al menos pasables. De hecho, no creo que puedas encontrar muchas canciones “MALAS” en toda su discografía, incluyendo sus mixtapes. Or maybe I’m just biased, cosa que estoy dispuesto a aceptar. Pero bueno, voy a la música: Este podría ser su trabajo más orientado al Pop desde el laureado F.A.M.E. Con Pop me refiero a “popular music”, es decir, lo que está “pegado” actualmente, que se aleja un poco del R&B y el Hip-Hop al que Chris nos tiene acostumbrados. En 2011 lo que predominaba en las listas de éxitos era la música electrónica “bailable” de gente como Diplo, Afrojack, Benny Benassi que produjeron algunas cosas para él en aquel álbum. En 2019 lo que prevalece son ritmos más tropicales/caribeños, como el afrobeat y el dancehall. Realmente no puedo decir que disfrute mucho ese lado más “tropical” de Chris. Simplemente no es tanto de mi agrado. Lo prefiero en su estado “natural”, más orientado al R&B/Hip-Hop. Me parece que está tratando de complacer al público más joven. La verdad lo hace muy bien, tiene el talento necesario para ello y un grupo de escritores/productores de lujo detrás. Ok, no dudo que también le gusta producir este tipo de música, no la hace sólo por satisfacer a una audiencia específica. Tampoco quiero caer en el clásico debate sobre lo que uno cree que un artista debería hacer con su música, sobre todo a este nivel de estrellato, donde un “pinchazo” en ventas te puede costar un contrato y hasta la carrera. Por suerte aproximadamente el 60% del disco sigue siendo R&B/Hip-Hop y Breezy fue inteligente al repartir los temas “para chicos” por todo el álbum, en vez de reunirlos en secciones. Otra estrategia ingeniosa (a mi entender) fue la selección de los singles, que, aunque no son lo que yo hubiera escogido sí representan el conjunto de estilos musicales que conforman Indigo. El primer single Undecided es un tema bailable de Tropical House producido por el reverdecido Scott Storch. El segundo Back To Love combina el R&B con el dance-pop pero muy influenciado por Michael Jackson tanto en las voces como en la letra. Luego sacó Wobble Up (feat. Nicki Minaj & Eazy-E), este más tirado al Hip-Hop actual. Seguidamente publicó el supermegaéxito No Guidance junto a Drake, un R&B a medio tiempo muy bien logrado, donde las dos superestrellas se complementan en sus respectivos versos y no se siente como que uno sobresale por encima del otro. Además Aubrey nos regala una de las líneas más destacadas de todo el plástico: “I seen how you did homeboy, please take it easier on me”. Y por último Heat (feat. Gunna & Tank), una pieza con base trap acompañado de algunas notas de sintetizador. Otras canciones destacadas son la épica Red con su intro de la caminata lunar y un buen solo de guitarra eléctrica; la balada a medio tiempo Come Together (feat. H.E.R.); la divertida Early 2k (feat. Tank), un homenaje al de R&B de principios de siglo y la balada Don’t Check On Me (feat. Justin Bieber & Ink). Es saludable de escuchar de vez en cuando una balada “real”, sin percusión de base, totalmente acústica. Tengo la sensación de que es una composición que el productor Poo Bear hizo para Justin pero este no la quiso y se la ofreció a Chris. Mención especial para las 5 canciones “dobles”, que empiezan de una forma y progresan a otra completamente diferente, parecido a lo que hizo su amigo Eric Bellinger en el disco Cuffin Season Part 2 y Justin Timberlake en FutureSex / LoveSounds. Realmente no tengo quejas con la producción ni con la mayoría de las colaboraciones de los artistas invitados. Tampoco con la interpretación vocal de Chris, aunque sigue sin gustarme el abuso del auto-tune en algunas piezas, concretamente en “Red” y “Sexy”. Me duele particularmente porque él es uno de los pocos cantantes de R&B que actualmente pueden cantar lo que se dice “BIEN” y no estoy hablando solo de rango vocal. Los Drake, 6lack, Tory Lanez, Chrishan, Bryson Tiller y compañía no podrían cantar bien ni aunque su vida dependiera de ello. En el sexo femenino la cosa no mejora. Pero hey, what do I know. Siento que estoy gritando al vacío con el tema del auto-tune. Ya casi todos lo usan y nadie se queja. En el plano lírico el disco no es muy variado, centrándose principalmente en los tópicos del amor y el sexo bastante subido de tono, pero dejando espacio para otros tópicos más reflexivos donde discurre sobre su pasado turbulento. Me refiero a Dear God (“I can't take too much more of this / S.O.S. and no one's coming / I'm hoping God can solve my problems”), también la semi-balada Part Of The Plan, que me recuerda a la famosa Leave Me Alone de Michael Jackson (“Maybe bringing shit up/ I can't fight, and they always need a bad guy / I just laugh when I think about it…. When you look at my past, I need you to understand it / Wasn't part of my plan”) y la ya mencionada Don’t Check On Me, donde lamenta la pérdida de un gran amor (“don't check on me / If we're not together, then it's probably for a reason / Every heartbreak has its season / And it looks like winter for you”). Si se dan cuenta él toma bastante responsabilidad por sus fallas, incluso si en la misma canción está “cargándose” a la chica también. Side note: hey ladies, en sus canciones no veo la misma madurez, ustedes no hacen nada mal, ¿verdad princesas? (Kiana, me ocuparé de ti luego)… Mi único reproche en el apartado de las letras es para la torpe Need A Stack y la ya directamente estúpida Wobble Up, que para colmo van juntas en el tracklist. Por suerte la música de fondo medio que salva ambas canciones. Por último no quiero terminar sin antes celebrar la espectacular portada obra del artista gráfico Saturno y que representa muy bien el contenido de la placa. En resumen, otro buen disco de Breezy. No creo que pase a la historia como un Top 3 en su discografía, pero no tiene desperdicio. Lo digo con toda responsabilidad, lo he escuchado COMPLETO unas 10 veces en estas últimas semanas. Hey, este tipo lleva dándonos buena música durante casi 20 años y su nivel de talento está allá arriba con los mejores en el universo, es hora de darle el crédito que merece. 

 Puntuación: 85/100 

PD: hay una tema llamado Let’s Smoke que aparece en una de las versiones del álbum pero no he podido escucharla, no la encuentro en las plataformas de streaming. Por eso digo arriba que son 43 canciones y abajo dije que 42.