miércoles, 29 de noviembre de 2023

Dying Fetus - Make Them Beg For Death (2023)

 

DYING FETUS ranking

#6: Make Them Beg For Death (2023)

Después de 6 largos años de espera regresan los chicos de DF con este MTBFD que llega con pocas sorpresas. Ya tienen un estilo bien definido desde Destroy The Opposition. Lo que no quiere decir que no hagan toques puntuales aquí y allá para refrescar su propuesta y que esté más acorde con los tiempos que corren. En esta ocasión además de mejorar un poco la producción con respecto al trabajo anterior noto un acercamiento a patrones musicales del Technical Brutal Death moderno de bandas como Cytotoxin y Gutslit que a su vez están muy influenciadas por Dying Fetus. Es curioso cómo el ciclo de la música crea una retroalimentación entre el maestro y sus alumnos. Escuchen Raised In Victory, Razed In Defeat (especialmente a partir de 1:58) y díganme si no les recuerda a Cytotoxin, hasta el tono de guitarra se parece. Por otro lado, la marcha a mitad de Undulating Carnage me suena a algo de Sanguisugabogg, otra banda bastante joven. En general me parece que han bajado un poco las revoluciones comparado con la salvajada que fue Wrong One To F*ck With. También hay tiempo (como no) para la tralla más salvaje en Hero’s Grave, la corta Throw Them In The Van y la abridora Enlighten Through Agony mientras sacan su lado más pegajoso con el ritmo a medio tiempo al final de Compulsion For Cruelty. El disco cierra con el trallazo Subterfuge que te da ganas de volver a dar play al final. Esta vez han vuelto a los treinta y tantos minutos de duración habituales, perfecto runtime para un álbum de este estilo. Del rendimiento individual del trío no se puede pedir más, es envidiable su forma técnica y compositiva a pesar de la edad, ya están bien entrados en los 40. Por último quiero anotar que me llama la atención la inclusión del logo antiguo encima del “nuevo” en la portada, no sé a qué se debió esta decisión de diseño… Quizás este no sea el disco definitivo de Dying Fetus pero sin dudas es una excelente adición a la colección de todos los amantes de la banda y del Death Metal en general.

Puntuación: 84

domingo, 26 de noviembre de 2023

Metallica - 72 Seasons (2023)

Voy a empezar por lo obvio: no hacía falta otro disco de Metallica. Por lo menos a mí no. Por eso sabiamente evité escuchar el adelanto Lux Aeterna para que (por si acaso) no me pasara lo mismo de la vez pasada cuando escuché los primeros singles y me despertaron cierta expectativa que luego se convirtió en decepción. I mean, igual no esperaba nada espectacular 7 años después del subpar Hardwired To Self Destruct. Y aunque Lux es uno de los mejores temas del disco ni siquiera llega a la altura de un Fuel, y mira de lo que estoy hablando. Uno de los mayores problemas de 72 Seasons es que por el amor de Dios no se ponen de acuerdo en que estilo quieren tocar, si Hard Rock o Heavy Metal o Thrash Metal. Y lo hacen en parte porque saben que apestan tocando cada uno de ellos y también porque deben al menos tratar de complacer a las dos aficiones que los siguen. Con el Thrash se ganaron el respeto de la comunidad metalera (que hoy medio los siguen por nostalgia) y tocando rock moderno/de arena consiguieron acceso a una mayor audiencia, los premios Grammy y la riqueza. Siguen con los mismos problemas que azotaron la segunda mitad de Hardwired: Canciones demasiado largas, riffs lentos y/o repetitivos estirados hasta el cansancio, solos de guitarra displicentes, batería aburrida e irritante. Tomo por ejemplo You Must Burn que empieza medio sabbathesca y termina tratando de emular el groove de la famosa Sad But True pero falla miserablemente en el intento. Sleepwalk My Life Away como su nombre lo indica parece que la compuso Hetfield medio sonámbulo en el estudio, no encuentro otra explicación posible para ese bodrio de 7 minutos. If Darkness Had A Son parece una corrección que les puso una maestra de primaria en plan “debo repetir el riff principal 50 veces”. De hecho así se siente el 65% de este álbum. Pero no todo es malo, hay algunos temas decentes, que por supuesto son los más “rápidos”: 72 Seasons, la mencionada Lux Aeterna, Too Far Gone y Room Of Mirrors nos recuerdan que aún les corre sangre caliente por las venas. El sonido del álbum digamos que es correcto y limpio, no esperaba menos de una banda tan famosa, aunque la batería está demasiado alta en la mezcla. Hablando de instrumentos, veamos el rendimiento de los integrantes: Lars es (como siempre) el eslabón débil de la cadena, la pata corta de la mesa, el peso muerto, el ancla de tres toneladas que no deja al barco zarpar. Su estilo y habilidad en los parches nunca ha sido para tirar cohetes pero es que incluso ha empeorado con el paso de los años. Más que tocar la batería parece arrastrarse durante todo el disco. Lo digo asumiendo que lo que se oye es él tocando, bien podría ser una batería programada por la “roboticidad” de la ejecución a pesar de ser beats muy sencillos (Lux Aeterna, Room Of Mirrors, 5:00 – 5:10). Kirk “Wah” Hammer cumple como guitarra acompañante y hasta destaca con algunos solos, pero no porque sean maravillosos, sino por la música tan pobre que los rodea. Luego está Robert Trujillo, muy buen bajista pero sabemos que es más bien un empleado. Está ahí exclusivamente como músico de sesión, no aporta nada musicalmente y no se escuchaba en los discos, aunque ya lleva más tiempo que los dos bajistas anteriores juntos. Pues ahora debe estar contento pues le dan más espacio en la mezcla y tiene algún que otro momento destacado, como al inicio de Sleepwalk y Crown Of Barbed Wire. Y por último tenemos a Hetfield, el verdadero cerebro y corazón de esta banda, el que escribe los mejores temas y la mayoría de las letras. Por desgracia últimamente ha dado muestras de no estar en buena forma, vimos cómo se desplomó durante un concierto en mayo. La mayoría de sus riffs acá son súper predecibles y perezosos, recuerdan a la fatídica época de los 90’s. Y aunque trata de darle “vida” al álbum con algunas de sus mejores vocales en años (Inamorata) parece que se le ha olvidado escribir coros memorables. Ahora, me puedes decir que todos estos problemas se deben a la avanzada edad de los miembros, que ya llegan a los 60 años. Y yo en parte estaría de acuerdo contigo, por eso mismo empecé diciendo que no había necesidad de sacar este disco. Hay que saber cuándo retirarse con dignidad. Pero otros artistas de esa misma edad están sacando discos sino buenos al menos decentes. Mira a Robb Flynn (Machine Head), Bobby “Blitz” Ellsworth (Overkill), Mille Petrozza (Kreator), sus coterráneos de Testament y hasta Dave Mustaine con Megadeth. La diferencia es que ellos se han rodeado de músicos jóvenes que los revitalizan y están más preocupados por su legado musical que en sacar discos como excusa para hacer giras y así poder pagarle al de las luces, al que jala los cables, el que hace las camisetas, a los abogados, los que les arreglan las uñas, etc. Cuando estás pensando en números negros todo el tiempo la música pasa a un segundo plano. Por eso Metallica es el mejor ejemplo de la prostitución de la música. Hacen lo que sea para vender, desde tocar con Miley Cirus en los premios Grammy hasta cantar canciones de Rihanna en Carpool Karaoke y tocar con los pingüinos en la Antártida. Son los modelos Onlyfans del Metal. ¿Y quién tiene la culpa? Sus seguidores… La fanaticada de Alcohólica es una de las menos exigentes del mundo. Lars & Co. pueden grabar sus pedos en un micrófono y venderlos en forma de álbum que de todas formas mucha gente lo va a consumir, como mismo muchos hombres compran los frascos de pedos y “aguas de baño” de las modelos OF. El odiado St. Anger fue #1 en la Billboard y monstruoso Lulu debutó en el #33 cuando no tenía que haber vendido ni una copia.... Después de este despotrique ya imagino a mi amigo Juan preguntando cual es el problema y a mí que me importa si no me gusta la banda. La verdad es que no me importa, podría vivir 50 años más sin escuchar otra canción de Metallica. En fin… Si eres como yo y no te ha gustado (casi) nada después del Black Album, no te preocupes, esto tampoco te va a gustar. Sigue disfrutando de los primeros 4-5 discos y si acaso has una playlist con las 10 buenas canciones que han sacado en los últimos 30 años. O mejor ve a escuchar el ultimo de Overkill (que estrenaron el mismo día) o el de Angelus Apatrida, una banda “nueva” con muy buena discografía. Ya terminando me doy cuenta de que esta reseña es más sobre Metallica que sobre 72 Seasons. No sé si voy a tocar esta banda otra vez en el futuro. Puntuació: 50/100

The Kennedy Veil - Imperium (2017)

¿Qué rayos le pasó a esta banda? Pasaron de volarme la cabeza con el EXCELENTE Trinity Of Falsehood en 2014 a provocarme bostezos con este trabajo. Mira que le he dado oportunidades (escuchas) y cada vez me gusta menos. Claro, también es un animal diferente. Mientras en TOF tocaban un Technical Brutal Death Metal tipo Origin/Suffocation y el lema promocional era “No throwbacks, no breakdowns, no wanking, no trends. Modern American Brutal Death Metal!” acá dejaron eso un poco de lado para hacer un death metal/black metal sinfónico ala Behemoth/Dimmu Borgir. La propuesta es menos compleja, centrándose en crear atmósfera con trémolo riffs y blast beats más la incorporación de partes de música clásica que le dan un toque épico al álbum.
Pero Imperium me deja con la sensación de deja vu en plan “he escuchado esto antes pero mejor desarrollado”, pensando en bandas como Septicflesh y Fleshgod Apocalypse. Lo peor son los riffs demasiado predecibles que meten a veces para crear “atmósfera” y otras veces a modo de built-up antes de que el tema explote, como al inicio de Flesh Of The Sun y Hunted To Extinction. Creo era una buena oportunidad para meter solos de guitarra que dieran más dinamismo, pero la desaprovecharon. Por suerte veo un vestigio de glorias pasadas en algunos momentos puntuales donde combinan las facetas técnica y sinfónica con éxito. Me refiero a los temas Draconian y Seething Rot.
El baterista Gabe Seeber vuelve a ser la estrella de la banda con su repertorio de blast beats, breaks e impresionantes fills. Sin él el disco sería aún más monótono. Monte Barnard, el nuevo vocalista es potente y variado. Posee al menos tres registros, guturales, alaridos (highs) y otro medio hardcorero y no abusa de ninguno, los usa de forma inteligente. No tengo queja en ese apartado. Además es asistido en 3 temas por vocalistas de talla mundial como son Sven de Aborted, Trevor (RIP) de The Black Dahlia Murder y Dickie de Infant Annihilator. Las letras no están disponibles online pero parecen tratar problemas políticos actuales a juzgar por los títulos de las canciones, aunque no creo que sea un álbum conceptual.
Con el agrego de los elementos sinfónicos la producción se siente comprimida; la batería está demasiado al centro, las guitarras a veces se escuchan medio enterradas por los violines (Godslaughter y Draconian) y el bajo “brilla” por su ausencia.
Pero a ver no me entiendan mal, el disco está bien grabado, bien ejecutado, correctamente producido y la música es disfrutable. Hasta estuvo incluido en algunos tops de lo mejor del 2017 en webs que considero respetables. Solo es que me deja un poco frío y no tiene (ni de cerca) el mismo replay value que Trinity Of Falsehood. Pero si te agradan los grupos mencionados arriba es bastante probable que te guste. Perfectamente puede servirte de puerta de entrada al mundo de The Kennedy Veil.

Puntuación: 70 de 100