domingo, 26 de noviembre de 2023

Metallica - 72 Seasons (2023)

Voy a empezar por lo obvio: no hacía falta otro disco de Metallica. Por lo menos a mí no. Por eso sabiamente evité escuchar el adelanto Lux Aeterna para que (por si acaso) no me pasara lo mismo de la vez pasada cuando escuché los primeros singles y me despertaron cierta expectativa que luego se convirtió en decepción. I mean, igual no esperaba nada espectacular 7 años después del subpar Hardwired To Self Destruct. Y aunque Lux es uno de los mejores temas del disco ni siquiera llega a la altura de un Fuel, y mira de lo que estoy hablando. Uno de los mayores problemas de 72 Seasons es que por el amor de Dios no se ponen de acuerdo en que estilo quieren tocar, si Hard Rock o Heavy Metal o Thrash Metal. Y lo hacen en parte porque saben que apestan tocando cada uno de ellos y también porque deben al menos tratar de complacer a las dos aficiones que los siguen. Con el Thrash se ganaron el respeto de la comunidad metalera (que hoy medio los siguen por nostalgia) y tocando rock moderno/de arena consiguieron acceso a una mayor audiencia, los premios Grammy y la riqueza. Siguen con los mismos problemas que azotaron la segunda mitad de Hardwired: Canciones demasiado largas, riffs lentos y/o repetitivos estirados hasta el cansancio, solos de guitarra displicentes, batería aburrida e irritante. Tomo por ejemplo You Must Burn que empieza medio sabbathesca y termina tratando de emular el groove de la famosa Sad But True pero falla miserablemente en el intento. Sleepwalk My Life Away como su nombre lo indica parece que la compuso Hetfield medio sonámbulo en el estudio, no encuentro otra explicación posible para ese bodrio de 7 minutos. If Darkness Had A Son parece una corrección que les puso una maestra de primaria en plan “debo repetir el riff principal 50 veces”. De hecho así se siente el 65% de este álbum. Pero no todo es malo, hay algunos temas decentes, que por supuesto son los más “rápidos”: 72 Seasons, la mencionada Lux Aeterna, Too Far Gone y Room Of Mirrors nos recuerdan que aún les corre sangre caliente por las venas. El sonido del álbum digamos que es correcto y limpio, no esperaba menos de una banda tan famosa, aunque la batería está demasiado alta en la mezcla. Hablando de instrumentos, veamos el rendimiento de los integrantes: Lars es (como siempre) el eslabón débil de la cadena, la pata corta de la mesa, el peso muerto, el ancla de tres toneladas que no deja al barco zarpar. Su estilo y habilidad en los parches nunca ha sido para tirar cohetes pero es que incluso ha empeorado con el paso de los años. Más que tocar la batería parece arrastrarse durante todo el disco. Lo digo asumiendo que lo que se oye es él tocando, bien podría ser una batería programada por la “roboticidad” de la ejecución a pesar de ser beats muy sencillos (Lux Aeterna, Room Of Mirrors, 5:00 – 5:10). Kirk “Wah” Hammer cumple como guitarra acompañante y hasta destaca con algunos solos, pero no porque sean maravillosos, sino por la música tan pobre que los rodea. Luego está Robert Trujillo, muy buen bajista pero sabemos que es más bien un empleado. Está ahí exclusivamente como músico de sesión, no aporta nada musicalmente y no se escuchaba en los discos, aunque ya lleva más tiempo que los dos bajistas anteriores juntos. Pues ahora debe estar contento pues le dan más espacio en la mezcla y tiene algún que otro momento destacado, como al inicio de Sleepwalk y Crown Of Barbed Wire. Y por último tenemos a Hetfield, el verdadero cerebro y corazón de esta banda, el que escribe los mejores temas y la mayoría de las letras. Por desgracia últimamente ha dado muestras de no estar en buena forma, vimos cómo se desplomó durante un concierto en mayo. La mayoría de sus riffs acá son súper predecibles y perezosos, recuerdan a la fatídica época de los 90’s. Y aunque trata de darle “vida” al álbum con algunas de sus mejores vocales en años (Inamorata) parece que se le ha olvidado escribir coros memorables. Ahora, me puedes decir que todos estos problemas se deben a la avanzada edad de los miembros, que ya llegan a los 60 años. Y yo en parte estaría de acuerdo contigo, por eso mismo empecé diciendo que no había necesidad de sacar este disco. Hay que saber cuándo retirarse con dignidad. Pero otros artistas de esa misma edad están sacando discos sino buenos al menos decentes. Mira a Robb Flynn (Machine Head), Bobby “Blitz” Ellsworth (Overkill), Mille Petrozza (Kreator), sus coterráneos de Testament y hasta Dave Mustaine con Megadeth. La diferencia es que ellos se han rodeado de músicos jóvenes que los revitalizan y están más preocupados por su legado musical que en sacar discos como excusa para hacer giras y así poder pagarle al de las luces, al que jala los cables, el que hace las camisetas, a los abogados, los que les arreglan las uñas, etc. Cuando estás pensando en números negros todo el tiempo la música pasa a un segundo plano. Por eso Metallica es el mejor ejemplo de la prostitución de la música. Hacen lo que sea para vender, desde tocar con Miley Cirus en los premios Grammy hasta cantar canciones de Rihanna en Carpool Karaoke y tocar con los pingüinos en la Antártida. Son los modelos Onlyfans del Metal. ¿Y quién tiene la culpa? Sus seguidores… La fanaticada de Alcohólica es una de las menos exigentes del mundo. Lars & Co. pueden grabar sus pedos en un micrófono y venderlos en forma de álbum que de todas formas mucha gente lo va a consumir, como mismo muchos hombres compran los frascos de pedos y “aguas de baño” de las modelos OF. El odiado St. Anger fue #1 en la Billboard y monstruoso Lulu debutó en el #33 cuando no tenía que haber vendido ni una copia.... Después de este despotrique ya imagino a mi amigo Juan preguntando cual es el problema y a mí que me importa si no me gusta la banda. La verdad es que no me importa, podría vivir 50 años más sin escuchar otra canción de Metallica. En fin… Si eres como yo y no te ha gustado (casi) nada después del Black Album, no te preocupes, esto tampoco te va a gustar. Sigue disfrutando de los primeros 4-5 discos y si acaso has una playlist con las 10 buenas canciones que han sacado en los últimos 30 años. O mejor ve a escuchar el ultimo de Overkill (que estrenaron el mismo día) o el de Angelus Apatrida, una banda “nueva” con muy buena discografía. Ya terminando me doy cuenta de que esta reseña es más sobre Metallica que sobre 72 Seasons. No sé si voy a tocar esta banda otra vez en el futuro. Puntuació: 50/100

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